19 Agosto 2013 - 13:06 h.
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Antonio Barreiro González de 72
años, un empresario español de origen gallego que en 1956 emigró a
Venezuela desde el municipio coruñés de Trazo, murió asesinado en la
tarde del jueves 15 de agosto mientras se encontraba en un terreno de su
propiedad donde tenía árboles frutales a manera de afición en la
localidad de Sanare, una zona cercana al área turística de Tucacas en la
que Barreiro González se dedicaba al alquiler de cabañas vacacionales
cerca del Parque Nacional Morrocoy (a 350 km al oeste de Caracas), un
enclave idílico del país caribeño.
Barreiro González nació un 27 agosto, en la localidad de Restandes de
Abaixo, Concello de Trazo, Provincia de A Coruña, Galicia, España. Iba a
cumplir 73 años y la familia se lo iba a celebrar de “manera especial”
en esta ocasión al haber salido con éxito de una delicada intervención
quirúrgica.
Según información aportada por su propia familia, Antonio Barreiro
González recibió al menos cinco disparos cuando se enfrentaba a dos
asaltantes que podrían formar parte de un grupo de cuatro personas que
dos días antes ya habían intentado robarle maquinaria en la misma
propiedad, pero de los que había conseguido librarse.
“El trató de defenderse, pero fue asesinado de manera vil y cobarde,
en principio tres disparos por la espalda, un disparo en la pierna, uno
en el abdomen, y como estaba trabajando cortando maleza le causaron
heridas en los cinco dedos de la mano derecha con un machete, que
salvajada y que desgracia”, según comenta un hijo, aunque están a la
espera de lo que arroje el certificado del médico forense. Precisamente
sus familiares más directos habían intentado persuadirlo de que no
viajase a su finca de Sanare por razones de seguridad, pero fiel a sus
convicciones optó por continuar con su rutina de trabajo, por lo que
regresó al mismo lugar en donde desafortunadamente fue abatido por al
menos dos antisociales.
Barreiro González estaba casado desde el año 1968 con Carmen Ravelo,
tenía tres hijos (una abogada, un ingeniero civil y el menor que es
técnico en Turismo) y cinco nietos, todos residentes en Venezuela, país
al que había emigrado con su madre y sus dos hermanos menores, ya que su
padre y su hermano mayor habían emigrado dos años antes.
Tras su llegada a Venezuela comenzó a trabajar con su padre en la
construcción. Su vocación estaba en el sector del turismo y la
construcción, lo que le llevó primero a participar en la obra del
embalse de Camatagua (estado Guárico). Y a mediados de los años sesenta
optó por trasladarse a los cayos de Tucacas, en la zona noroccidental de
Venezuela, donde comenzó a dedicarse a la construcción y gestión del
alquiler de cabañas para períodos vacacionales, además de asumir el
mantenimiento de inmuebles de particulares en el entorno. En el primer
gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, éste decreta los cayos como
Parque Nacional ‘Morrocoy’, por lo que debe abandonar las islas al
convertirse en área protegida, y replantea su negocio turístico en
tierra firme, por lo que Barreiro González era muy respetado en la zona
por sus valores de “emprendedor, constancia, trabajo arduo, simpatía y
honradez”.
Aunque Antonio Barreiro consiguió la nacionalidad venezolana y
desarrolló toda su actividad en el país, el empresario de origen gallego
siempre mantuvo estrechos lazos con sus familiares de Trazo.
Reciente enfermedad
Su muerte ha conmocionado a todas las personas que lo conocían, ya
que el pasado mes de mayo tuvo que someterse a una arriesgada operación a
corazón abierto de la que se recuperó con una sorprendente rapidez. Y
tras superar la convalecencia, fuentes familiares han confirmado que su
intención era “seguir trabajando”, pero a menor ritmo para “disfrutar
especialmente” de sus “cinco nietos” gracias a lo que él mismo definía
como “la segunda oportunidad que me ha dado la vida”.
El entorno del empresario ha hecho un llamamiento a las autoridades
venezolanas para que se esclarezca su asesinato cuanto antes, en
especial al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (CICPC) “para que se haga justicia a un hombre muy
trabajador, excelente esposo, padre de familia y abuelo, el tío favorito
de sus sobrinos, muy colaborador y honesto… No podemos comprender como
se le arrebata la vida así no más, de una manera vil y cobarde, exigimos
justicia”, reiteraron.
Miembros de su familia avanzaron que habían recibido información
extraoficial que apuntaba a que ya se habría producido la detención de
uno de los sospechosos de su asesinato y que fue presentado a
disposición judicial el sábado. En este sentido, según informaciones
vertidas el domingo 18 a la red social Twitter en la cuenta de la
Policía de Falcón (@POLIFALCON), se podría haber producido la detención
del otro presunto homicida: “Aprehendido un ciudadano de 18 años con
revolver 38 ilegal, en Sector Barrio Cartón de Tucacas”. Se presume que
el arma homicida utilizada para acabar con la vida del constructor fue
un revolver calibre 38.
Aunque la actividad empresarial de Antonio Barreiro González se
desarrollaba en la zona turística de Tucacas, un espacio relativamente
seguro, la zona de Sanare, pese a su cercanía, ya está considerada una
zona peligrosa, al constatarse en los últimos meses un incremento de los
delitos de robos, extorsiones, invasiones de terrenos y asaltos a
posadas, como el que posiblemente motivó el asesinato de Barreiro
González.
Antonio Barreiro González era socio de la Hermandad Gallega de
Valencia (estado Carabobo), donde contaba con numerosas amistades.
El constructor asesinado, fue velado en la Funeraria ‘Quo Vadis’ de
la ciudad de Valencia, estado Carabobo, y fue inhumado en un cementerio
de esa entidad federal.
Autoridades se interesan por este caso
‘Crónicas de la Emigración’ pudo conocer que altas autoridades de la
Xunta de Galicia se comunicaron con los familiares. Una de estas
autoridades fue el propio secretario xeral de Emigración, Antonio
Rodríguez Miranda, quien lamentó el hecho poniéndose “a disposición” de
la familia del fallecido.
Asimismo, diputados del Parlamento de Galicia, se comunicaron con los
familiares, así como el máximo responsable de la Dirección General de
la Ciudadanía Española en el Exterior (DGCCE), Aurelio Miras Portugal;
el cónsul general de España en Caracas, Paulino González
Fernández-Corugedo; el consejero de Empleo y Seguridad Social, Juan
Santana Reyes, así como funcionarios de la Embajada de España acreditada en Venezuela.
FUENTE: Crónicas de la Emigracion